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Micoturismo, desarrollo económico para ti y para la tierra




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25-09-2017

EFE En los bosques europeos no se aprovecha más del 20% del potencial de los recursos micológicos. El micoturista está en el centro de un nuevo modelo de negocio que puede revitalizar la economía rural. Soria es el ejemplo de desarrollo económico y sostenible del bosque. En el bosque hay negocio; un negocio que, precisamente, puede garantizar la vida de ese bosque. En la mayoría de los territorios forestales europeos, también en España, no se aprovecha más del 20% del potencial de los recursos micológicos. El “buscasetas” o micoturista está en el centro de un nuevo modelo de negocio de ecoturismo que puede llegar a revitalizar la economía rural. Según el director de investigación del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), aunque en algunos lugares se recolectan setas silvestres comestibles, “la mayor parte del valor añadido se escapa de la zona de producción”. A la vista de esta debilidad, “tratamos de que los territorios conozcan su potencial y lo pongan en marcha”, explica el investigador. Hay un gran oportunidad en todas las zonas montañosas del tercio norte español, pero también en el sur, donde también fructifican especies con interés comercial. “Nos sorprendería el valor e interés que puede generar este recurso en zonas insospechadas”, asegura Martínez-Peña, en la actualidad también director del Instituto Europeo de Micología . No obstante, salvo escasas áreas que tienen bien organizado y gestionado el aprovechamiento micológico, en el resto de España “no se aprovecha todo el valor que genera este recurso desde el propio territorio”. El estudio Los beneficios socioeconómicos, científicos y políticos del micoturismo , del que es coautor Martínez-Peña, pone a Soria como ejemplo de desarrollo de explotación económica y sostenible de este recurso forestal. Hace más de 20 años en esta provincia de Castilla y León surgieron los permisos y las limitaciones en la recolección. El micoturismo es una “oportunidad para el medio rural” y puede convertirse en una importante fuentes de ingresos al compatibilizar el uso recreativo forestal para la recolección de setas, con su uso comercial y el autoconsumo. De ahí que sea relevante por su impacto en la creación de empleo (turismo, gastronomía o agroindustria y negocios) en zonas de interior, rurales, forestales y con baja densidad de población. Es importante que este modelo cuente con los agentes del territorio “desde abajo hacia arriba” y con una discriminación positiva a los recolectores locales, que habitan en su entorno. Al atraer la posibilidad de recolección hacia zonas forestales ricos en setas y hongos, se impulsa la agroindustria y el comercio locales, con actividades relacionadas con la gastronomía, el turismo rural y actividades culturales micológicas. En España hay muchas zonas productoras, indiscutíblemente con Castilla y León a la cabeza, pero también está Aragón, y hay una gran tradición y afición por la recolección de setas en el Levante (Cataluña), País Vasco o Navarra que “se ha transferido” a otras zonas españolas, como por ejemplo, Andalucía. El director de investigación del CITA insiste en que es clave que “se conozca, se estudie, se diagnostique y, si hay verdadero potencial, se ponga en desarrollo como un recurso forestal más”. En Castilla y León, única autonomía donde se ha estudiado con detalle , puede generar 65 millones de euros al año y, en años buenos, puede alcanzar los 180 millones, además, “es el segundo recurso forestal más importante después de la madera”. Cobrar por recolectar, por el bien del bosque El 39% de ese valor lo generan las empresas de transformación y comercialización, otro 39/40% el micoturismo , un 19/20% por la venta directa de recolectores a empresas ambulantes o permanentes que lo venden en fresco o lo transforman fuera y un pequeño margen de entre el 1 y el 2% por el valor que generan los derechos de recolección (permisos). “Con ese 1% el modelo es sostenible“, apunta. Martínez-Peña defiende que “no es un sistema redaudatorio, sino que de esta forma se gestionan de forma organizada y sostenible los recursos forestales“, ya que se cuida el buen uso del monte. No es ajeno a los problemas que en los últimos años generan las mafias que arrasan los bosques en la búsqueda de setas; pero, precisamente, este sistema permite ir atajando este conflicto. El investigador resalta que, para que este modelo de sostenibilidad económica y medioambiental tenga éxito, es necesaria la colaboración entre municipios, la agrupación de propietarios, centros de investigación y también de los políticos. Su “fortaleza es que es un trabajo conjunto” , asegura el director del Instituto Europeo de Micología.







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